Pertenencia
Tras una semana de tormentas intermitentes de pensamientos de todo tipo, por fin llega la ansiada calma. Ya vuelve a estar todo en su lugar, ya está todo controlado. Al menos, casi todo. Cuando duermes tranquila y plácidamente en la cama, por fin te sientes como en casa. Cuando sabes dónde están todos y cada uno de tus objetos personales y logras encontrarlos a la primera en tu nueva habitación, por fin te sientes como en casa. Cuando vas a hacer la compra de la semana y encuentras todo lo que has apuntado en la lista, ya te sientes mucho mejor. Cuando sales de casa a dar un paseo y no has de usar Google Maps para hallar el camino de vuelta, ya te sientes mucho mejor. Cuando por fin sientes que perteneces a este nuevo entorno que gira a tu alrededor y que continúa avanzando segundo tras segundo, sin esperarte a ti… Cuando por fin consigues adoptar este nuevo ritmo sin cansarte ni aburrirte demasiado, ya te sientes casi como en casa, casi como antes. Saber que perteneces al l